Uno de los activos con mayor número de estudios médicos y científicos, que ha demostrado una alta eficacia a la hora disminuir arrugas, líneas de expresión y hasta pliegues producidos por la pérdida de firmeza, es el conocido Retinol. Este componente, procedente de la vitamina A, resulta ser uno de los activos antiedad más potentes; en el ámbito de la dermatología se empezó a emplear hace 60 años para combatir el acné, sin embargo gracias a sus diversos beneficios se conoció sus bondades como renovador cutáneo y especialmente como tratamiento antiarrugas.
La reconocida eficacia del retinol tal vez tenga que ver con el hecho de que cumple una función importante en la formación y el mantenimiento de las células de la piel y las mucosas; sin embargo, parece ser que este compuesto no es para todos los tipos de pieles, al presentar eritema y enrojecimiento en aquellas más finas y delicadas, por esta razón, antes de su uso, es necesario consultar a un dermatólogo, ya que las concentraciones normalmente son bajas, desde fórmulas al 0,020% e incluso llegando a concentraciones de 0,5% para un uso de manera progresiva. Asimismo, otro aspecto importante a tener en cuenta es que este activo es totalmente incompatible con el sol, científicamente el retinol es fotosensible y fotosensibilizante, lo que puede ocasionar manchas en la piel.
Entre sus principales beneficios se destaca la estimulación de colágeno y ácido hialurónico, para un efecto reafirmante y una piel más lisa, lo que se traduce en menos arrugas; además, evita que las células envejezcan de forma prematura, actuando sobre los radicales libres y renovando la piel. Si vas a optar por cremas con este activo es necesario que tomes las precauciones necesarias con el sol, evites mezclarlo con otros medicamentos o activos que puedan disminuir su efectividad o en el peor de los casos causar irritaciones en la piel y en el caso de las pieles más sensibles , antes de usarlo, consultar con un especialista.